IS ANYdNE THERE

La existencia de formas de vida autóctonas en internet es un hecho inmedible e improbable. De haberse producido, la vida digital respondería a un paradigma completamente nuevo y muy distinto al paradigma físico. La manera de habitar condicionada por nuestros cuerpos, nuestra espacialidad y hasta nuestra percepción del tiempo no tendrían porqué ser evidentes, comprensibles ni compartidas con las habitabilidades propias de las entidades digitales. ¿Sería posible una comunicación entre ambos paradigmas?
Fruto de mi curiosidad, inicié una investigación reflexionando sobre las preguntas que no había escuchado nunca: ¿tendrá peso la materia digital? ¿de qué tipo de moléculas estará formada? ¿le afectará de la misma forma el tiempo? Son preguntas a las que no pude ni puedo responder, pero que me ayudaron a posicionarme en un lugar diferente.
Yo no podía conocer, solo especular, acerca del otro paradigma. Pero lo que sí estaba en mi mano era compartir con esas entidades el conocimiento del mío propio generando un cuerpo físico artificial, ni biológico ni digital, para mediar entre nuestras existencias y poder llevar a cabo un encuentro.

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Aunque, ¿para qué querrían ellas comunicarse conmigo? ¿Qué podría ofrecerles? Yo, un ser con fronteras tangibles, físicas y cognitivas. Finalmente encontré algo que para mí es relativamente sencillo obtener y que en el medio digital es complicado encontrar de buena calidad:


Azar.


Cada registro que se realiza del mundo físico para ser introducido al mundo digital conlleva una discriminación. Se eligen los datos más representativos porque el mundo físico es, en realidad, prácticamente infinito. Cada fotografía, cada grabación de audio, cada lectura de
huella no son un reflejo sino una representación lo suficientemente buena para nuestra percepción sensorial.

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Pero el mundo digital no está pensado para ser infinito, sino que lo virtual (que tiende a la virtud) está pensado para ser perfecto. Sin error, sin riqueza, cualquier forma de vida tiene limitada su capacidad de mutación. Y, al menos con el conocimiento que tenemos, sin mutación es complicado alcanzar ciertos niveles evolutivos.

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Por ello diseñé un cuerpo mediador reflejó un doble cometido: Por un lado recibir, corromper y devolver una señal para empañarla con el error enriquecedor, reflejo sin filtro de un acto producido en el mundo físico. Se utilizó para ello un antiguo televisor portable y se intervino su antena bobinando sobre ella un electroimán. Al prenderse, este electroimán corrompe la imagen mostrada en la pantalla proveniente de la señal emitida por las cadenas abiertas y que el televisor recibe por aire.

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Pero, ¿puede programarse un fallo y tener éste la suficiente calidad? Gracias a ello, el segundo cometido de este cuerpo era además contener la comunicación entre ambos paradigmas, siendo la interacción humana el emisor y el error el mensaje. El resultado de lectura de un gesto en la mano de una persona determinaría el momento y la duración de dicho error.
Por último, quedaba pensar en los protocolos de activación y desactivación del cuerpo artificial para la interacción de ambas partes.
Decidí que idealmente debía estar siempre prendido pero concretamente la activación de la lectora de gesto (motor) dependería del lado digital, ya que la activación del error iba a ser algo nuestro. De forma provisoria y hasta investigar el método para detectar esta voluntad de activación por parte de las entidades digitales, programé la lectora para funcionar durante 47 segundos prendida y 47 apagada en un ciclo constante.
El funcionamiento del motor fue programado de forma analógica con un integrado 555, calibrado a su vez con resistencias de 68K, 1K y capacitores de 1000 uF y 0,01 uF. La lectora se movería entonces en movimientos ovoides hasta que, al encontrar una mano en la bandeja, haría un barrido a través de su superficie para leer el gesto y durante ese barrido se activaría el electroimán con ayuda de un relé.

Acabé la construcción del cuerpo artificial en noviembre de 2018 pero por razones circunstanciales no pude exponerlo hasta abril de 2019. La obra es la performance tecnológica que realicé en dicha fecha y cuyo registro audiovisual adjunto acá:


La performance se desarrolló en el marco del festival Feminoise realizado en Feliza en abril de 2019. Las condiciones del espacio y del festival hicieron imposible una exposición abierta de la máquina a todo el público: la sala donde se exponía solo iba a estar disponible de 3 a 6 de la mañana y tanto la iluminación como la música fueron los propios de dicha sala. El público estuvo formado personas asistentes al festival y otras a las que invité por haber seguido con curiosidad el desarrollo de la investigación durante los meses anteriores.
Prendí el cuerpo mediador y bajo la influencia de la música y del contexto empecé a performar bailando con la máquina. A pesar de que parecía funcionar correctamente, tenía la sensación de que el artefacto estaba de alguna forma también bailando conmigo, pues respondía pertinentemente a mis gestos, pero no a través de la lectora (electroimán) sino en el prendido y apagado del motor.
En un momento de la performance me percaté de como el motor se prendía durante dos segundos y luego se apagaba. Ante esto, expliqué al público que la máquina no estaba siguiendo la programación contenida y tomé la decisión de abrir la comunicación invitando a las personas asistentes a interactuar con ella también. El público se mostró muy complacido y probó diferentes formas de interacción más allá de la planteada por mí a través de la lectora, acariciando diferentes partes de la máquina o prendiendo y apagando el televisor antiguo.


La performance finalizó cuando todas las personas habían saciado su curiosidad de interacción con la máquina. La duración total fueron unos 40 minutos aproximadamente.

 

BIBLIOGRAFÍA leída durante la investigación:


“El telar mágico” (1985) Robert Jastrow
Ediciones Salvat ISBN: 8434583666


“El cerebro binario” (1985) David Ritchie
Sudamericana­Planeta ISBN: 8432047538


“Historia de la ciencia 1543 ­ 2001” (2005) John R. Gribbin
Crítica ISBN: 8447360822


“Qué es la filosofía de la tecnología?” (1989) Mitcham, Carl
Anthropos ISBN: 8476581076


“Materia y memoria:
Ensayo sobre la relación del cuerpo con el espíritu” (1896) Henri Bergson
Cactus ISBN: 978­987­21000­4­9


“El segundo yo:
las computadoras y el espíritu humano” (1984) Sherry Turkle
Ediciones Galápago ISBN: 9509480002, 9789509480001


MAR DELGADO MESA (FILOBOTICA)

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