Breve historia del ser artificial

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La humanidad ha empleado siempre la tecnología de que disponía para reproducir imágenes de animales y de personas. Las pinturas rupestres de Chauvet Pont D’Arc hace 30 000 años, al igual que las de Lascaux hace 17 000 años, muestran rinocerontes, osos, leones, mamuts junto imágenes de manos y más partes del cuerpo humano. Más tarde, hace unos 7 000 años, tanto en oriente como en occidente comenzaron a desarrollarse pequeños animales y hombres de arcilla, que anteriormente se habían realizado en madera o piedra. El ímpetu del hombre por crear seres artificiales, imitaciones de los nacidos, ha ido avanzando a través de la historia. En cuanto tuvo tecnologías mecánicas a su alcance, les fue proporcionando cada vez más realismo. La literatura acerca de estas criaturas ha evolucionado paralelamente a la tecnología de cada época.

Pygmalion_and_Galatea

Representación pictórica del mito de Galatea por Gerome

[ANTIGÜEDAD]
Tanto en Persia como en Egipto se desarrollaron los autómatas básicos. Algunos poseian conductos por los que circulaba la voz de personas que se escondían en las cercanías, e incluso en el antiguo Tebas una figura articulada de Amón designaba al nuevo monarca, extendiendo un brazo accionado a escondidas por un sacerdote. La biblia también habla del mítico Trono de Salomón, que custodiaban dos leones autómatas y que se elevaba hasta el techo, mientras pájaros de bronce lo sobrevolaban. La invención de las clepsidras (relojes de agua) permitieron la fabricación de artilugios hidráulicos en la antigua Grecia y Roma. La eficacia del los artistas influyó en la literatura con mitos como el de Galatea, estatua tan bella que su creador se enamora de ella, y tras implorar a Venus consigue que cobre vida y le corresponda en su amor. Herón de Alejandría recoge numerosos artilugios en su libro “Autómatas”en el año 62 d.c. Él mismo creó varios artefacto humanoides neumáticos.

[EDAD MEDIA / RENACIMIENTO]
Los conocimientos adquiridos durante el periodo clásico se pierden para el mundo feudal, pero sobreviven a través de la cultura árabe y bizantina. Destaca el ingeniero Al-Jazari (1260 d.c.) quien creó varias figuras espectaculares como su complejo reloj elefante, animado por seres humanos y animales mecánicos que se movían y marcaban las horas o un autómata con forma humana que servía distintos tipos de bebidas. Sin embargo en la cultura feudal fueron temidos como seres embrujados hasta el renacimiento, en donde se retomaron los conocimientos técnicos e ingenieros de la época, como Leonardo Da Vinci, desarrollaron sus propios artilugios, como una armadura animada o un león autómata.

Turk-Automatonturk-hidden-solodos[SIGLO DE LAS LUCES]
Influidos por la publicación de Descartes los escritores ilustrados radicalizaron su postura. El mejor ejemplo es Julien de la Mettrie que en su obra “El hombre máquina” elimina el alma de la ecuación de la vida.
Su teoría se sostenía sobre los pilares del progreso que su época estaba experimentando. Fue testigo de la creación de los más asombrosos autómatas: El pato de Vaucanson, que emulaba el funcionamiento de un pato biológico, realizando acciones locomotoras, respiración y digestión o el Turco, el cual poseía una aparente inteligencia que le hacía invencible al juego del ajedrez. Su contexto le llevará a afirmar que “El cuerpo humano es un reloj, pero un reloj inmenso”. Diderot comparte su entusiasmo y cuando publica junto con Jean Le Rond d’Alembert su Enciclopedia, incluyen un artículo para “androide” que describe uno de los más fascinantes autómatas de su época, el Flautista de Vaucanson. Todo este optimismo científico por la vida artificial desaparecerá con la Revolución Industrial en el s.XIX.

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En RUR, Karel Capek define junto a su hermano Josep Capek el famoso término “Robot”. Proviene de una expresión checa para definir un trabajo laborioso y servicial.

[REBELIÓN DE LA MÁQUINA]
El pensamiento reinante es el de que los avances tecnológicos no han hecho que su calidad de vida mejore, sino que el hombre se ha convertido en un esclavo de la máquina, desarrollando trabajos repetitivos. Esta tendencia pesimista en conjunto con una creciente misoginia causada por la reivindicación de los derechos de la mujer, hacen que el hombre proyecte su sueño mecánico en criaturas femeninas llamadas andreidas, que, sustituyendo a las reales, se muestran siempre complacientes y sumisas, sin un ápice de rebeldía. Estas andreidas pueblan los relatos decimonónicos como “El hombre de la arena” de E.T.A. Hoffmann o “La eva futura” de L’Isle-Adam.
La publicación de “La teoría de las especies” de Darwin es respondida por otro intelectual del s.XIX, Samuel Butler, quien especula sobre la posible evolución de la consciencia en las máquinas por medio de un proceso de selección natural, en la que finalmente el hombre quedará esclavizado por las mismas y convertido en aparato reproductor para ellas (como ocurriría un siglo más tarde en la película “The Matrix”). Estas ideas calan hondo, y el s.XX comienza con la novela más aterradora sobre la relación entre la creación y el creador: “Frankenstein o el moderno Prometeo” de Mary Shelley. En ella Victor Frankenstein juega a ser Dios y paga su atrevimiento viendo destruido todo lo que ama a manos de su creación. Obras de teatro como “Rossum Universal Robots” de Karel Capek o películas como “Metropolis” de Fritz Lang consolidaron esta postura, que no se vería refrenada hasta que un nuevo cambio en la tecnología, el desarrollo del computador, llevara a los divulgadores como Asimov a defender la implantación del robot en la sociedad a mediados del s.XX.

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Tales of Future Past http://davidszondy.com/future/robot/robot.htm

El Rival de Prometeo. Vidas de autómatas ilustres. http://www.papelenblanco.com/ensayo/el-rival-de-prometeo-vidas-de-automatas-ilustres

Cuerpos y Máquinas. De los robots humanos a los hombres robot. http://www.casadellibro.com/libro-cuerpos-y-maquinas-de-los-robots-humanos-a-los-hombres-robot/9788466610988/880775

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